CÓMO EL PORFOLIO, LA HUELLA DIGITAL Y LAS NUEVAS COMPETENCIAS SE HAN CONVERTIDO EN FACTORES DECISIVOS PARA AVANZAR EN PROCESOS DE SELECCIÓN CADA VEZ MÁS COMPETITIVOS
Para cuando llegó 2020, la entrega de currículums en mano llevaba tiempo decayendo. La adaptación a nuevos métodos ya había empezado, pero el gran punto de inflexión llegó con el COVID-19. Desde entonces, en la mayoría de negocios ni siquiera aceptan que lo entregues físicamente. Se han ido esos “déjalo por si acaso” que a más de uno le dio un golpe de suerte. Ahora ni el primer, ni el segundo y a veces ni el tercer contacto con tus posibles empleadores es en persona.
Nos hemos automatizado y, aunque esto acelera los procesos, también obliga a adaptarse a nuevos formatos para que tu perfil no pase desapercibido. Nuevos diseños de currículum, maneras específicas de enfrentar entrevistas y, sobre todo, la creación de un porfolio personal son algunas de las novedades a las que debemos acostumbrarnos.
Este último, además, se ha convertido en una de las herramientas más importantes.


